martes, 28 de junio de 2016

A diferencia del desarrollo estabilizador, la política económica del desarrollo compartido trató de generar progreso para todos por igual. El desarrollo compartido pretendía, distribuir la riqueza generada por el progreso equitativamente entre todos los miembros de la sociedad.
Se instrumentaron programas de fomento, estímulos fiscales, subsidios, evasiones de impuestos, depreciación acelerada de los activos fijos, entre otros, para promover la participación de la iniciativa privada en la industria nacional. El gasto público fue el motor del crecimiento económico en dicho periodo, no obstante, los mayores ingresos públicos provenientes del petróleo y de la recaudación generada por el crecimiento económico del país fueron insuficientes para financiar su expansión, en razón de ello se empleó una política monetaria expansiva y se contrataron importantes montos de deuda pública externa, como forma de financiar los crecientes y elevados niveles de déficit fiscal alcanzados a lo largo del periodo.

Echeverría incrementó el gasto publico, financiado en gran medida con deuda externa. Se invirtió considerablemente en proyectos de infraestructura, servicios educativos y salud pública, esto aumentó el control del estado sobre las economías de numerosas empresas. Estas medidas en general resultaron negativas para la economía, con el aumento del déficit fiscal y un aumento del desequilibrio de la balanza de pagos. Los ataques verbales de Echeverría al grupo empresarial provocaron que se retiraran capitales de México y se uso esto como acto de presión contra el gobierno.
En septiembre de 1976, presionado por las decisiones de EU se abandonó el tipo de cambio fijo y se decreto la flotación del peso (oferta y demanda) , esto en realidad resultó ser una devaluación, la primera en 22 años.

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